
El otro día me contaron una historia muy interesante, a ver que os sugiere a vosotros(incluidos los tímidos que sólo me leéis y no hacéis comentarios).
"Una mañana cualquiera, el hijo de la familia hizo una fechoría, dándose cuenta que su padre le había cogido "in fraganti" se dirigió a él diciendo:
- Papá, prometo que es la última vez que lo hago.
- Eso espero hijo. Ten en cuenta que lo que has hecho ha estado mal. Ten más cuidado la próxima vez.
El hijo hizo caso omiso de las palabras de su progenitor convirtiendo en una rutina su fechoría. El padre, cansado de perdonarle siempre, le dirigió a él diciéndole:
- Hijo, sabes que lo que haces está mal y aún así lo repites día tras día. Date cuenta que la vida es como un listón de madera y cada una de tus acciones es un clavo que clavas en él. Puede que lo claves con fuerza y se clave por entero en la madera o puede que lo claves débilmente...esos se caerán con el tiempo, pero ten en cuenta que siempre quedará la marca en la madera.
Después de oírla, pensé ¿cuántas marcas habré realizado en otras maderas?.El número exacto no lo sé, pero son más de la quisiera porque supera el valor cero y lo que más me entristeció fue que lo hago con las personas más cercanas. Lo siento, de verás estoy trabajando en ello, pero es difícil.
Pero también pensé ,¿En que condiciones tienes tu propio listón de madera? ¿lo tienes magullado?¿está astillado? ¿más agujereado que un queso gruyere? ¿impoluto?