viernes, noviembre 16, 2007

Reflexiones de sobremesa


Esta hora de sobremesa de los viernes se hace un poco cuesta arriba, básicamente porque el 70% de la plantilla abandona el edificio a las 15:00. Menos mal que existen inventos como el chat para extender tus penurias a estas horas de la tarde. Pues entre las bromas con uno de mis "chateadores" habituales, ha surgido la idea de este artículo.

Todo ha empezado porque a quién más o quién menos, en sus momentos de relax, da rienda suelta al escrit@r que lleva dentro. Como autores nos auto-censuramos sobre manera haciendo que nunca nos parezca lo suficientemente buena la composición de palabras que acabamos de crear para mostrarla.

¿Por qué ese comportamiento? Primeramente se debe a una vergüenza que nos imponemos y el miedo al ridículo. Pero insisto en mi pregunta: ¿por qué? Al fin y al cabo, es el resultado plasmar en papel sentimientos, sensaciaciones de uno mismo ante circunstancias variadas y que muchas veces son las mismas que la gente que le rodea, puesto que todos somos humanos. Porque si los demás saben que no eres un escrit@r profesional. POr que no puedes ser tan desalmado de reírte del trabajo realizado por otro tras tener una batalla contra un folio en blanco.

Al final el autor resulta un incompredido o un auto-incompredido?

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